La importancia del patrimonio histórico y militar II

Juan Reyes ArancibiaPor Juan Reyes Arancibia. El Museo Histórico y Militar, tiene una larga y desconocida historia que está emparentada con las primeras exposiciones realizadas en el país y con los primeros intentos de creación de un Museo Histórico Nacional, ya que han existido varios intentos por agrupar la historia patria en una sola gran institución.

En los primeros episodios de esta cronología están unidos todos los museos del país, siendo el punto de partida el año 1813 durante la Patria Vieja, cuando “el senado aprueba el plan de estudios para el Instituto Nacional en el que se incluía un museo de ciencias”. Con los objetos provenientes del Convictorio Carolino, la Academia de San Luis y el Seminario Conciliar se instaura la primera colección patrimonial, ubicada en un salón de la Universidad de San Felipe, en espera de un lugar definitivo que sería precisado al concluir los enfrentamientos con las tropas del rey. Al regresar al poder, la Corona Española reinstaló todas sus instituciones coloniales y suprimió los cambios implementados por los patriotas. Luego de varios años, y ya Instalada definitivamente la República, en el año 1830 durante el gobierno de José Tomas Ovalle, Diego Portales contrata a Claudio Gay con la misión de explorar el país y concretar la realización del primer museo de historia y naturaleza de Chile.

La misión fue concretada ese mismo año e incluía una colección con objetos militares, dentro de los cuales se incluían “armas blancas, armas de fuego, banderas, uniformes, banderas y estandartes usados durante la Batalla de Maipú, la bandera de la fragata María Isabel, una espada del General Bernardo O’Higgins, un quitasol usado por el Virrey del Perú, la manta y espada usada por Bernardo O’Higgins en Perú, cota de malla y espadas usadas por los conquistadores, un mosquete del siglo XVII encontrado en Valdivia más diferentes armas e indumentarias usadas por el pueblo mapuche”. En 1842 cuando el botánico vuelve a Francia, lo remplaza el director de la Biblioteca Nacional y miembro de la comisión de creación del museo, Francisco García Huidobro.

En 1841, el Presidente José Joaquín Prieto envía las banderas españolas arrebatadas en las Batallas de Chacabuco y Maipú que se exhibían en la Catedral de Santiago, desde que el General San Martín las envío de Lima en 1822.

Por muchos años la institución recibe antigüedades que no son catalogadas, etiquetadas, ordenadas o situadas en una exhibición con narración, hasta que en año 1872 el Presidente Federico Errázuriz nombra a Benjamín Vicuña Mackenna como Intendente de Santiago, quien plantea la formación de un Museo Histórico Nacional.

Vicuña Mackenna organiza la primera exhibición de bellas artes, durante las Fiestas Patrias del año 1872 en el Mercado Central. Tras la excelente acogida, decidió realizar una segunda exposición durante las mismas fiestas del año siguiente, pero esta vez relacionada al pasado nacional, por este motivo la nombra “exposición del coloniaje”.

En 1873, se decide ubicar el museo en la fortaleza situada en la cima del Cerro Santa Lucia. Esta fortificación se construyó por orden de Marcó del Pont, durante la Reconquista, para ser utilizada como prisión de los rebeldes y durante la intendencia de Don Benjamín, se destinó como depósito municipal. Dentro del proyecto de rehabilitación del cerro se consideran también salones de juegos y entretención para toda la familia.

Al año siguiente, el recién electo Presidente Animal Pinto, designó a Miguel Luis Amunátegui como Ministro de Instrucción Pública. Este, decretó la creación de la Galería Histórica para el museo, que agruparía objetos relacionados a la historia militar nacional, para esto nombró una comisión mixta con integrantes civiles y militares que se encargaron de recolectar objetos patrimoniales, pinturas y retratos de personajes ilustres en reparticiones públicas y colecciones privadas y se solicitó a renombrados pintores de la época retratos y reproducciones de batallas.

Al morir Vicuña Mackenna, el museo y la colección fueron olvidados y en el año 1880 es separada para crear el Museo de Bellas Artes. En 1888, el Presidente Balmaceda, envía piezas a Talca y Chillan como parte de una iniciativa que descentralizó la cultura. El resto de la colección fue almacenada en el Castillo Hidalgo.

Durante la Guerra del Pacifico, se impulsan dos ideas para el resguardo de los objetos que poseían valor patrimonial y fueron utilizados durante el conflicto bélico. Por un lado, Francisco Echaurren, encargado de la Galería de Historia del Museo Nacional recomienda al Presidente Pinto, resguardar las banderas, estandartes, armas y cualquier objeto arrebatado al enemigo. Quien, una vez ganada la disputa, acelera las gestiones destinadas a la creación de una sala exclusiva para la milicia en el museo. Y el otro proyecto, motivado por el espíritu nacionalista del Ministro de Guerra de la época, General Basilio Urrutia, en 1879, durante el mismo enfrentamiento y poco después del Combate Naval de Iquique, determina la creación de un Museo de Armas Antiguas, con objetos que se encontraban resguardados en almacenes de guerra y en la Maestranza de Artillería.

Estos deseos no se materializaron sino hasta 1893, cuando Enrique Phillips Huneeus, director de la Maestranza de Artillería inaugura definitivamente el Museo Militar. El recinto que albergó la colección fue el edificio de los Arsenales de Guerra en la calle Blanco Encalada. Se configura la muestra con parte de la colección del Museo de Santa Lucia y con armas de la antigua maestranza.

En 1894, el presidente Manuel Montt nuevamente dividió los objetos del Museo Nacional, trasladando la unidad militar al Museo Militar “a fin de que queden para siempre en el verdadero lugar que les corresponde”. A la vez se inicia una campaña de donaciones con el propósito que las familias, los funcionarios militares y empresas de armas que custodiaban elementos patrimoniales, los traspasaran al nuevo museo. Al año siguiente, con 1.824 piezas es abierto el Museo Militar de Chile. Trasformando al Ejercito por primera vez en el administrador y gestor de los recursos financieros y patrimoniales de un museo institucional.

En 1909 se publica el catálogo del Museo Militar con 1639 objetos, que incluía como pieza de mayor valor, la bandera de dragones de Carlos III, apresada por los soldados patriotas en 1817. Se divulgan pinturas coloniales del triunfo de Alejandro Farmesio que Benjamín Vicuña Mackenna encontró en la ciudad de Quillota y presentó en la exposición del coloniaje en 1874.

Ya en 1910, el director de la Biblioteca Nacional Luis Montt, comienza a planear la celebración del centenario con una exposición que tenía como referente y guía la muestra organizada por Vicuña Mackenna, pese a que muere ese mismo año, sus amigos y colaboradores prosiguen con la organización del evento. Entre los objetos que se seleccionan, se encuentran medallas, armas, insignias, uniformes militares, mapas y planos.

El 20 de junio se determina que la colección del Museo Militar, que se encontraba en pésimas condiciones y próximo a cerrar por falta de financiamiento, se agrega al nuevo museo histórico, así como también las colecciones del Museo de Santa Lucía y de la Galería Histórica creada en 1876. Como director de la sección militar se denomina al que fuera el último director del Museo Militar el Coronel Leandro Navarro. El proceso se cierra en el año 1929 cuando, por decreto, Joaquín Figueroa agrega la nueva planta que cobijó la colección castrense. En un comienzo este Museo Nacional no tenía edificio propio y se instalaron las exhibiciones sin museografía en el segundo piso del Palacio de Bellas Artes hasta el año 1939 que se cambia a la actual Biblioteca Nacional. Posteriormente en 1960, las colecciones se dividen en lo que sería el museo O´Higginiano y el Museo de Bellas Artes de Talca y el Museo de la Escuela Militar, inaugurado en 1969. El resto quedó en poder del Museo Histórico Nacional, quien hasta la actualidad las protege, aunque sin exponerlas por no relacionarse con el argumento que han diseñado y por no contar con espacio y recursos para habilitar una zona especial.

En 1978 el Comandante en Jefe del Ejército solicita un estudio de Factibilidad para el establecimiento definitivo de un museo del Ejército. Esta vez se proyecta en el Edifico Alcázar, Monumento Histórico del Ejército, que Albergó a la Escuela Militar y a la Escuela de Suboficiales, ubicado en Avenida Blanco Encalada, a dos cuadras del Parque O’Higgins en la comuna de Santiago, como el más apropiado para albergar la entidad. El museo es inaugurado finalmente en 1997, pero el año 2000, sufre un catastrófico incendio que menoscabó el edifico y sus colecciones. Por este motivo el alto mando de la institución impulsó el “Proyecto Histórico Militar Clío”, en honor al dios griego de la historia, consistente en recopilar y analizar los antecedentes históricos de todos los objetos patrimoniales que tenía el ejército, restaurar y reorganizar la colección, restaurar y remodelar el edificio siniestrado, construir e implementar una nueva perspectiva museográfica ligada a aspectos educativos lúdicos, interactivos y multimediales y la re-fundación del museo. Todas estas áreas se sistematizaron en tres entidades. La Corporación de Protección del Patrimonio Histórico y Militar, que apoya en las labores de recaudación de fondos, el Museo Histórico Militar, quien preserva, investiga y exhibe el patrimonio militar nacional y el Departamento de Historia Militar que desde 2004, examina que los destacamentos militares con sala de exhibición estén restringidas a la historia local o de la unidad.

Esta nueva etapa se concibió con un acentuado interés en la labor social que ha desarrollado el Ejército en el país, destacando a personajes militares importantes.

Por lo que respecta a los museos militares chilenos, con poco más de quince repartidos por el territorio nacional, no se puede decir que sean muchos de acuerdo a la historia bélica y política de Chile.

 

La Corporación de Conservación y Difusión del Patrimonio Histórico y Militar

La Corporación de Conservación y Difusión del Patrimonio Histórico y Militar es una institución de derecho privado sin fines de lucro nacida en el año 2001 y con Personalidad Jurídica establecida en el Decreto Exento N° 112 de 31 de enero de 2003 y publicada en el Diario Oficial el 11 de abril del mismo año.

La Corporación de Conservación y Difusión del Patrimonio es una institución de derecho privado sin fines de lucro cuyo objetivo es apoyar al Ejército de Chile y a otras organizaciones interesadas en la preservación y difusión del patrimonio histórico y militar de Chile.

Actualmente, la Corporación opera en dependencias del Museo Histórico y Militar, edificio declarado Monumento Histórico en 1990.

 

Historia del Museo Nacional Marítimo (MNM)

Los inicios del Museo Marítimo Nacional se remontan a la sugerencia publicada en el año 1903 en un artículo de la Revista Marina, sobre la importancia de crear un Museo Naval en el que se “guarden, para la exhibición pública objetos relacionados a la vida marítima nacional, incluyendo diagramas, modelos y reproducciones de los primeros barcos construidos en el país por los conquistadores, así como también de balsas y piraguas de los aborígenes del norte y del sur, veleros mercantes coloniales y también de los más importantes buques que pertenecieron a la Escuadra Nacional en distintas épocas”.

Una segunda referencia en la misma revista, apareció en el año 1909, manifestando el deseo a “fomentar la conciencia marítima entre los chilenos”.

El anhelo es cumplido el 30 de abril del 1915. Por medio de un decreto supremo, se promulga la creación del primer museo flotante de la Armada en el monitor Huáscar, que se encontraba anclado en Talcahuano y en el cual se conservarían los objetos navales de valor patrimonial u objetos que sirvieran a la instrucción de los funcionarios navales. Este Museo se llamó Museo Naval Arturo Prat, pero dos años más tarde, en 1917, El dictamen es derogado con el fin de crear el Museo Naval, trasladando su sede a la ex Escuela Naval, ubicada en el Cerro Artillería, en la ciudad de Valparaíso, ya que el buque debía desempeñar funciones de dormitorio para funcionarios que arribaban en submarinos a la zona y porque era necesario reunir la colección ya organizada con objetos que se encontraban en la escuela de formación, permitiendo traspasar de manera directa la historia institucional a los cadetes.

El edificio que albergaría el patrimonio, había sido inaugurado veinte años antes, en 1893. Esta cohabitación museo-escuela duró once años hasta que la falta de espacio en el inmueble, principalmente por el aumento de la dotación de alumnos, obligó el traslado. En una primera instancia emigró al primer piso del cuartel Almirante Silva Palma, sin embargo su difícil acceso originó una baja importante en el número de visitas, ocasionando su reubicación en una zona mucho más central como lo es la casona principal del Parque Italia cerca del casco histórico de la ciudad.

Durante la década del ochenta, el Almirante José Toribio Merino Castro, determina un nuevo traslado provocado por el incremento de objetos en el inmueble, el alza en el número de visitas y principalmente para optimizar las condiciones de temperatura y humedad inapropiadas en un terreno tan próximo al mar. Es así como regresa a la que fuera su primera residencia en el Cerro Artillería. Edificio en el que hasta hoy, se cobija la colección.

Durante los últimos 3 años, se ha promovido un nuevo vigor en la organización, especialmente con la creación del aludido proyecto Bicentenario. Como primera fase, el museo, consiguió el sello Bicentenario otorgado por el gobierno para la celebración de los doscientos años de vida independiente.

Ésta distinción oficial, se concedió a proyectos de excelencia que participasen activamente en la conservación y protección del patrimonio nacional. El proyecto consiste en la restauración y habilitación total del edificio, triplicando la actual capacidad expositiva. Como segunda etapa, se solicita al Consejo de Monumentos Nacionales, la declaración del inmueble como Monumento Nacional. El tercer ciclo consiste en el cambio de nombre por decreto supremo de Museo Naval y Marítimo al de Museo Nacional Marítimo, posicionándolo como el primer Museo Nacional de altos estándares de calidad ubicado en una Región del país. Junto con esto se podrá unificar en la museografía aspectos civiles, deportivos y militares, incrementando a conciencia sobre la geografía marítima. Y por último la renovación de la organización, que dependía de la Guarnición Naval y pasó a depender del Departamento de Comunicaciones de la Armada, posicionándolo además, como el museo que orienta y regula el resto de museos de la institución. A la vez se produjo una renovación en la dirección que ha robustecido todo el proceso de modernización.

 

Historia del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE)

La historia del MNAE se remonta al 21 de agosto de 1910, día del primer vuelo efectuado en Chile. César Copetta, francés residente en el país, se ofreció de voluntario para pilotar el aeroplano Voisin de 50 H.P, tan sólo siete años después del primer vuelo en un aeroplano ejecutado por los hermanos Wright en Norteamérica.

Hombre fundamental en el desarrollo aeronáutico de Chile es el Comandante Arturo Merino Benítez. Visionario en entender la importancia de la aviación en la integración del país, así como herramienta en la defensa nacional, fue el creador de la Línea Aeropostal que unía Santiago con Aysén y que actualmente es la línea aérea Lan. Él promovió la creación, en marzo del año 1930, de la Fuerza Aérea de Chile, mediante la fusión del departamento de aeronáutica del Ejército y el de la Armada y el mismo mes fundó la actual Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) dependiente de la Comandancia en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, encargada de la seguridad aeronáutica del país y la infraestructura aeroportuaria nacional.

Catorce años después en 1944, bajo el gobierno del Presidente de la República, Juan Antonio Ríos, a través de un decreto supremo, que crea el “Museo de Aviación”, otorgándole a la DGAC, su organización y mantenimiento. Ésta institución museal debía incluir la aviación militar, civil y deportiva, de esto se puede inferir un interés desde su creación por transversalizar los contenidos. La DGAC, como se mencionó en la introducción, es un servicio público, civil y centralizado, que no forma parte de las Fuerzas Armadas pero que por su condición particular depende directamente del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, y es él quien nombra al Director General de Aeronáutica, cargo que debe ser desempeñado por un Oficial General, en servicio activo, de la Fuerza Aérea de Chile. En el año 1968, la DGAC, cambio su subordinación a la Subsecretaría de Aviación y posteriormente, en 1980 pasó a depender de la Comandancia en Jefe de la Fuerza Aérea. Como el museo forma parte de la DGAC, es el único organismo del sondeo que no depende directamente de una institución armada. Pese a esto hay funcionarios militares comandados en servicio al museo, que cumplen labores especializadas en aeronáutica, historia y restauración.

Su primera sede se ubicó en la Academia de Guerra Aérea, en la calle Catedral Nº 2092. Emprendiendo así, la primera recolección de especies, mayoritariamente a través la donación de los precursores de la aviación nacional y sus familias. Una de las primeras exposiciones fue la exhibición de maquetas de aeronaves.

Debido al cambio de ubicación de la escuela, el museo se trasladado al edificio de la Dirección de Aeronáutica Civil en la calle Alameda. Ese mismo año, también debido al cambio de inmueble de la institución, los objetos son llevados al Museo Histórico Nacional, que en ese momento se encontraba en el actual edificio del Archivo Nacional. En 1958, debido a las precarias condiciones de espacio, el alto mando resguarda los objetos enviándolos a depósitos de la Escuela de Especialidades.

Después de 24 años el museo vuelve a exhibir parte de su colección, inaugurando una exposición en el edificio Pabellón París frente al Parque Quinta Normal, donde actualmente se encuentra el Museo Artequín. Permaneció en estas instalaciones hasta 1991 cuando es trasladado a la comuna de Cerrillos.

Este cambio se gestó bajo el mandato del Coronel de Aviación (A) Mario Jahn Barrera, en la segunda mitad de los 80´s, debido a la coherencia que tenía ubicar este patrimonio en un terreno colindante al Aeródromo Los Cerrillos y donde se realizaba la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE).

Su inauguración oficial fue en el año 1992 y en 1995, por medio de un decreto supremo, “amplía la responsabilidad de este organismo cultural cambiando su nombre a Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio”

 

La red de museos militares en Chile de norte a sur es la siguiente:

Ejército:
Museo del Morro de Arica
Museo Militar Tarapacá de Iquique
Museo Regimiento La Concepción en Antofagasta
Museo Regimiento Copiapó en Copiapó
Museo Regimiento Infantería Nº 2 Maipo en Valparaíso
Museo Histórico y Militar en Santiago
Museo de la Escuela Militar en Santiago
Museo San José del Carmen en el Huique (VI Región)
Museo Militar de Punta Arenas

Armada:
Museo Corbeta Esmeralda en Iquique
Museo Naval y Marítimo en Iquique
Museo Nacional Marítimo (Antigua Escuela Naval) Valparaíso
Reliquia histórica Monitor Huáscar en Talcahuano
Museo santuario Cuna de Prat en Ninhue
Museo Naval y Marítimo en Punta Arenas

Fuerza Aérea:

Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio en los Cerrillos Santiago

 

Referencias

1. Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) Chile
2. Los museos y el patrimonio histórico militar en la conformación de la identidad nacional. Morán, Sebastián Emiliano. Temas de historia argentina y americana Nº 22, 2014
3. El Patrimonio Militar. Aurelio Valdés Sánchez. Ministerio de Defensa España 2005
4. El patrimonio histórico del Ejército: el Servicio. Histórico Militar y el Museo del Ejército. Antonio Vázquez Gimeno. España 1995
5. Educación Patrimonial En Chile. Una Propuesta para el Desarrollo de la Identidad Local. Macarena Ibarra; Cecilia Ramírez. Revista América Patrimonio. 2014
6. La Convención de La Haya – http://www.patrimonio-mundial.com. 1956
7. Representación, Nación Y Patrimonio: El Caso de la Colección del Museo Militar en el Museo Histórico Nacional. Sigal Meirovich; Luís Alegría yGabriela Polanco.2010
8. Conceptos de Patrimonio. Ministerio de Defensa de España. 2011.
9. Decreto Supremo Nº 484, De 1990, del Ministerio de Educación: Reglamento Sobre Excavaciones Y/O Prospecciones Arqueológicas, Antropológicas y Paleontológicas. Chile.
10. Ley Nº 17.299, de 1970, De Monumentos Nacionales. Chile.
11. La Museología. Curso de museología. Textos y testimonios, RIVIÈRE, G.H. Madrid, Akal, 1993.
________________________________________________________________

Juan Reyes Arancibia es columnista en esta sección. Es socio director del Grupo Liaison Consultoría S.p.A., Ingeniero Ingeniero Comercial, MBA en Administración de Empresas, Oficial (R) de Estado Mayor del Ejército. Consultor en Logística Integral, Logística del turismo, Patrimonio cultural, histórico y militar y Gestión del Riesgo en Desastres .

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad exclusiva de su autor, no representando necesariamente la opinión del Grupo Liaison Consultoría S.p.A.