Plan chileno rescata las viñas familiares de Arica a la Araucanía

Plan chileno rescata las viñas familiares de Arica a la Araucanía

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Vid del Valle de Codpa

La semana pasada se concretó el primer paso de un ambicioso plan estratégico para articular a productores de cepas tradicionales y productos agropecuarios de todo Chile, con el objetivo de generar interés en agricultores desde Arica-Parinacota hasta Araucanía, lo que potenciaría el concepto de «viñas familiares» y empresas agropecuarias a través de la asociatividad.

El plan está liderado por el Centro de Innovación y Aceleradora de Negocios de Andes Wines, Acelera Innova, en alianza con Sir Consultores y G. Liaison Consultoría, el cual se dio inicio con la realización de la Primera Conferencia Agro-Vitivinícola que se realizó el 27 de agosto en Arica, y que tuvo como objetivo identificar y definir qué cepas tradicionales se deben rescatar en la región de Arica Parinacota, destacando de esta forma el pintatani, tradicional vino centenario local producido a base de cepa país, que llegó con el arribo de los españoles.

Para los productores de cepa país, del sur de Chile, el cultivo de la vid es una tradición heredada y transmitida por generaciones, representando además la sobrevivencia de toda una forma de vida, rica en implicancias sociales, culturales y ecológicas. Entonces, ¿por qué no apoyar con más fuerza, y en otras zonas del país, el rescate de las cepas más tradicionales?
Este vino se vende en origen en el mismo valle de Codpa a los turistas y visitantes a precios que van desde los $2.000 y hasta $5.000 (entre US$4 y US$10) la botella de 750 ml, dependiendo de la calidad del vino. Sin embargo, ésto no ha sido suficiente impulso para aumentar la producción de vinos de mayor calidad con una imagen que atraiga a los consumidores.

Pese a las dificultades, veamos el vaso medio lleno: la importancia de este plan radica en que podría constituirse en un gran freno a la constante migración de los agricultores a las ciudades, lo que ha generado que se ha dejado de lado el cultivo de la vid. Ahora, la idea es generar marketing agropecuario y vitivinícola que apoye el proceso de comercialización, además de apoyo en las etapas tempranas de definición del tipo de producto a envasar, diseño de etiquetas, packaging y otros. Esta iniciativa contó con el patrocinio del ministerio de Agricultura, Imagina Chile y la municipalidad de Camarones.

Para avanzar en la iniciativa, se iniciaron las conversaciones con la autoridad agrícola en Arica-Parinacota, además de la sede del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria (INIA) Ururi, para iniciar un proceso de asociatividad entre los productores locales de la cepa país del Valle de Codpa, y de esta forma implementar el proyecto que apoye a los productores en todo el proceso de manejo del viñedo, la vinificación, diseño de etiquetas, estrategia de marketing de vinos y la posterior comercialización a través de la Tienda Andes Wines, en la capital chilena.

¿De dónde surge este aprendizaje? De la implementación del proyecto piloto de Cooperativa Loncomilla y el INIA de Cauquenes (al centro sur del país), el cual de forma exitosa realizó el rescate de cepas tradicionales y al mismo tiempo capacitó a los viticultores del secano en técnicas de vinificación e infraestructura. Producto de lo anterior, toda la producción de vinos de Cooperativa Loncomilla -Chicha Premium y Late Harvest- fue vendida en su totalidad gracias al desarrollo de un plan de marketing implementado por Andes Wines.

Irina Díaz, investigadora del INIA, considera que la cepa «país» había venido sufriendo una desvalorización de su precio, lo que se revirtió en estos últimos años luego de que prestigiosas viñas del valle central comenzaran a embotellar vinos premium a base de esta cepa. Este proyecto creó la marca «País Mágico» y tuvo una inversión de 35 millones de pesos (más de US$68 mil), durante 24 meses, los que fueron gestionados a través de un proyecto de diversificación del uso de la cepa país, financiado por el Fondo de Innovación para la competitividad (FIC), en la región chilena del Maule.

Para los productores de cepa país, del sur de Chile, el cultivo de la vid es una tradición heredada y transmitida por generaciones, representando además la sobrevivencia de toda una forma de vida, rica en implicancias sociales, culturales y ecológicas. Entonces, ¿por qué no apoyar con más fuerza, y en otras zonas del país, el rescate de las cepas más tradicionales?

Fuente: América Economía

http://www.americaeconomia.com/node/100624