Organizaciones sociales y sostenibilidad

Por Carlos Acevedo Mora. La sostenibilidad de las organizaciones sociales es un tema que se vuelve recurrente, especialmente a partir de las conversaciones acerca de la postempresa de las últimas décadas. La frontera que determinaba el quehacer entre una organización social y una compañía industrial estaba eficientemente definida, sin embargo, como lo denuncia Jean-François Lyotard a partir de la caída de los grandes relatos afines de la guerra fría, surgen nuevas narrativas, que diluyen las fronteras tradicionales, en lo social, en lo político y ciertamente en lo económico, y nos interpelan en cómo conocemos a estas instituciones.
Este cambio fue acompañado por varias revoluciones sucesivas, como el paso del neoliberalismo industrial al de servicios y por otra parte, la revolución de la información. Es en este contexto que surge un nuevo relato, el cual hibrida las compañías tradicionales con las organizaciones sociales y el producto resultante es nada menos que una empresa emergente, que se hace cargo de las preocupaciones humanas contemporáneas. Las iniciativas empresariales de las grandes compañías tecnológicas a través de sus fundaciones y la aparición de empresas B son un claro ejemplo de esto. Cabe señalar que el traspaso del límite, desde un punto de vista operacional, fue más sencillo en su abordaje para las compañías tradicionales que para las organizaciones sociales, ya que las primeras simplemente incorporaron dentro de sus otras funciones, la responsabilidad empresarial, y por el contrario para las organizaciones sociales sigue aun siendo un desafío poder incorporar un modelo de negocios dentro sus operaciones que le permitan tener ingresos económicos permanentes y sostenibles.
Existen y habrá muchas definiciones de sostenibilidad (1), ya que es uno de esos conceptos usados en diversos campos y en diversas aplicaciones del que se sigue debatiendo su alcance y aplicación, por lo que se encuentra en permanente construcción, sin embargo, una definición conveniente para este artículo será entenderla simplemente como la capacidad de una organización para mantenerse en el tiempo. Y ¿es posible esto? Para responder a esta pregunta, es necesario hacer una deconstrucción de dos paradigmas predominantes, que se instalaron en la base de las organizaciones sociales y su revisión, a la vez, permite reconfigurar su diseño: a) Que el propósito social solo se suscribe a las organizaciones sociales y b) Que estas solo se financian con benefactores.
En efecto, al pensarlas fueras de estas categorías advertimos que en tiempos de postmodernidad las empresas tradicionales vienen incorporando en su propuesta de valor elementos sociales ambientales y económicos, por al menos dos razones: las personas que se ingresan a colaborar en las compañías necesitan una inspiración adicional que lo netamente económico. La movilidad y la retención de talentos son un aspecto que deben lidiar las compañías en la actualidad, pero además, la orientación hacia la sustentabilidad es un tercer aspecto a considerar cono necesidades de los nuevos colaboradores, pues provienen de una sociedad más informada que demanda crecientemente bienes y servicios que consideren la sustentabilidad en la propuesta de valor.
Por otra parte hasta un par de décadas atrás las donaciones de los benefactores solo la canalizaban las organizaciones sociales, sin embargo hay un interés creciente de la población en participar en empresas que tengan un propósito no solo en lo social, sino que también en lo ambiental, esto debido que la sociedad se encuentra más informada por lo que exige un mayor esfuerzo a todo tipo, sea esta una organización social o empresa.
Por consiguiente, observamos que tanto compañías tradicionales como organizaciones sociales han devenido a una empresa emergente, que considera en su visión la generación de valor, por medio de una propuesta que la diferencie en un mercado altamente concentrado. Para ello se debe incorporar en sus bienes o servicios elementos de la sostenibilidad, y lo más importante, que lo colaboradores hagan suya la misión de poder cambiar las anomalías recurrentes como el deterioro ambiental y las asimetrías sociales.

(1) Ver anterior columna: “Sostenibilidad y viabilidad en los proyectos sociales”

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Carlos Acevedo Mora es Ingeniero Comercial de la Universidad Arturo Prat, Posgrado en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos de la Universidad Europea del Atlántico. Diplomado en Gestión Patrimonial con Mención Didáctica. Diplomado en Liderazgo y Emprendimiento ambos de la Universidad de Tarapacá. Es analista de proyectos en el Grupo Liaison Consultoría S.p.A.

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